Un club sándwich y un café helado.

22 de Junio de 2019

Les soy sincera, soy poca para beber café, soy la rara de la familia, porque a ellos les encanta; mi hermana, a veces bromea con eso, pues dice que “no soy de la familia” por mi poco interés por esa bebida XD.

Pero déjenme decirles, no es que sea del todo apática, por ejemplo, el café molido sí me gusta. Una vez mi mamá hizo un capuchino y me encantó; y de esas experiencias aprendí que no me desagrada del todo el café, solo es que, no soy tan fan como mi familia lo es.

Recuerdo la primera vez que probé el café helado, fue tipo 11 de la noche, ese día venía de haber pasado todo el día con mi mejor amiga en Granada, un departamento aquí en Nicaragua, ¿Qué puedo decir? La pasamos genial, anduvimos en bicicleta por la calzada, el muelle, comimos, reímos, en fin disfrutamos al máximo y desde esa vez quedé enamorada del café helado.

Un buen día me reuní con mis amigas de la secundaria en una cafetería, tenía tiempo de no verlas, ¡las extrañaba muchísimo! Ese día, sin dudarlo pedí un café helado jaja y de comer me compré un club sándwich, estuvo ¡riquísimo!, me sentía en el paraíso, degustando mi comida y hablando con ellas, fue súper especial.

Así que, en otra ocasión salí a comer con otros amigos, traté de sentir lo mismo de ese día que pasé con mis amigas, pedí un club sándwich y ¿saben qué?, no estuvo delicioso como aquella vez, un día diferente, pedí un café helado y me dieron café con cubos de hielos ¿pueden creerlo?, ¡me sentí estafada! ¿Qué era eso? Así que, ahora cada vez que voy a una cafetería, me causa conflicto si lo que quiero es un granizado o un frappuccino, porque lo que deseo es aquel delicioso café helado del que me enamoré.

Pero luego entendí que, hay experiencias lindísimas que no se repetirán; sin embargo, las guardo en mi mente y en mi corazón, porque para mí son tesoros. Además, he decidido a abrirme a nuevas experiencias, las que estoy segura, serán maravillosas; las pasadas no las olvido, ya están guardadas.

Y lo más importante, comprendí que muchas veces la comida, sabe mejor con una buena compañía.